Gestión del conocimiento
Aproximaciones al concepto

A modo de cierre de la publicación, consideramos pertinente incluir un apartado relacionado a la Gestión del Conocimiento. Éste pareciera considerarse como un concepto nuevo en el ámbito de algunas instituciones, pero es importante destacar que la base del trabajo fue generándose en las propias bibliotecas, centros de información y documentación, puesto que los procesos de  sistematización, armado en bases de datos, y los mecanismos para mejorar el acceso y difusión de la información son procesos que ya llevan muchos años, en los cuales bibliotecólogos y documentalistas han tenido su alto valor agregado en facilitar fuentes, servicios y bases de datos en salud a la comunidad científica de las diversas especialidades.

En 2002 y por mandato de la Dra. Mirta Roses, Directora de la Organización Panamericana de la Salud, se comenzó a realinear la Estrategia de Intercambio de Información y Conocimientos. En el marco de su visión se tuvieron en cuenta la inclusión de los nuevos modelos de recopilación, sistematización, registro, clasificación, gestión y diseminación de la información y el conocimiento científico producidos en primera instancia por la Organización, y en segundo lugar los generados como resultado de la cooperación técnica con los países miembros.

Es importante destacar que al hablar de gestión del conocimiento, se hace referencia a un recurso que permite optimizar la inteligencia producida en las organizaciones, equipos de trabajo, redes de cooperación o de comunidades específicas, que dan como resultado contenidos institucionales de calidad y que de no evidenciarse a través de la producción de documentos, se perderían en su calidad de literatura gris o material no convencional.

Para comprender un poco más los conceptos relacionados con la gestión de la información y del conocimiento,  es interesante tomar algunos contenidos expresados por autores que dieron su origen. Según lo describiera McMaster (1998), la inteligencia organizacional es la capacidad de una organización para crear conocimiento y usarlo para adaptarse estratégicamente a su mercado resaltando que no es la suma de las inteligencias de los individuos que forman ese colectivo, sino el producto resultante de la interacción de los mismos. Es su frase textual “La inteligencia organizacional es la fuente para el futuro de su organización”.

Por otro lado, Torres Pombert (3) aborda el término inteligencia organizacional como expresión de la inteligencia humana, y realiza una aproximación al tema de la gestión de la información y el conocimiento como herramientas para la introducción de los enfoques de la denominada inteligencia organizacional en las instituciones y la importancia de las tecnologías y el profesional de la información en ese modelo. La autora además destaca en su trabajo que la visión de los recursos incluye los económicos, materiales, financieros, los humanos, tecnológicos y especialmente la información como un recurso indispensable.

En esa misma línea, cuando Torres Pombert habla acerca de la cuestión terminológica referida a gestión de la información y del conocimiento y la inteligencia institucional, se refiere a que la misma ha surgido inicialmente en los ámbitos relacionados con la economía y la empresa, pero que con el correr de los años, hoy están fuertemente vinculados a las ciencias de la información y a sus profesionales.

En sus palabras, Osorio Núñez (2), describe a la gestión del conocimiento, tomando como partida un conjunto de procesos y sistemas que buscan que el capital intelectual perteneciente a una institución aumente de modo  significativo, a través de la  administración de sus capacidades para poder dar solución a nuevos desafíos eficientemente y lo más rápidamente posible, teniendo como su objeto final poder generar ventajas competitivas sostenibles en el tiempo. Asegura que gestionar el conocimiento es un concepto muy dinámico que implica la gestión de todos los activos intangibles que aportan valor a la organización para conseguir capacidades, o competencias esenciales, distintivas, y que su reto es que el conocimiento no se puede gestionar per se, que es posible gestionar el proceso y el espacio para la creación de conocimiento. Es devolver a las personas la capacidad de pensar y autoorganizarse para mejorar intrínsecamente su capacidad, crear y recrear nuevos desafíos, productos y servicios, y que esto está basado en que el modelo del conocimiento es una empresa repensada donde existe alta dosis de liderazgo, fuerte confianza en las personas, todo lo cual se refleja en sistemas avanzados de formación de los equipos de trabajo, motivación en el desarrollo de sus capacidades, reconocimientos acordes, y la apropiación y uso creativo de las tecnologías de la información y comunicación.

Es siguiendo estos conceptos que en el ámbito de la salud, se ha redimensionado la misión de identificar, recopilar, sistematizar, clasificar y compartir contenidos científicos y técnicos aprovechando la disponibilidad de plataformas virtuales orientadas a fortalecer una mayor interoperabilidad entre los miembros de un mismo colectivo de trabajo, aumentar la visibilidad de la producción de conocimientos y generar la posibilidad de que los mismos puedan estar disponibles en acceso abierto, libre y gratuito para todos, como bienes públicos globales. En la administración de redes y sistemas de información especializados en ciencias de la salud, ahora se requiere no sólo la participación de los profesionales de información (bibliotecólogos, documentalistas), sino que se convierte en una nueva estrategia de trabajo en equipos, donde se aprovecha la inteligencia organizacional en las actividades de la propia institución, como así también en el trabajo con las contrapartes técnicas.

En este nuevo contexto, se destacan especialmente los esfuerzos en la interacción de las redes de contenidos o fuentes y servicios de información, las redes sociales de expertos, tomadores de decisión, investigadores y usuarios para participar, debatir, aportar y compartir los mismos; y la conformación de redes de comunidades aprendices e informadas, para que tanto la comunidad científica en salud, como el personal mismo de OPS/OMS aprendan, aprovechen y diseminen su conocimiento en sus redes de trabajo.