Planificación y programas de control de alimentos |
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Aproximaciones al concepto |
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Durante los últimos años, la necesidad de contar con acciones planificadas para mejorar el control de la inocuidad de los alimentos comenzó a cobrar importancia tanto en el nivel nacional, provincial como local. La duplicación de tareas, la fragmentación de las medidas de vigilancia y la falta de coordinación entre los diferentes organismos encargados del control de los alimentos, llevaron a los actores del sistema a buscar alternativas para optimizar las actividades diarias de control, armonizar criterios de trabajo y articular proyectos.
Diversos organismos internacionales han desarrollado y recomendado líneas de trabajo y criterios de acción específicos para lograr el fortalecimiento de los sistemas locales en control de los alimentos. Asimismo, se han desarrollado una gran cantidad de manuales que aportan herramientas metodológicas concretas para aplicar en un proceso de planificación estratégica. En este contexto, la planificación y programación de las tareas se han convertido en la base de las acciones de control exitosas en la prevención de las ETA.
En este capítulo estableceremos algunas nociones básicas sobre el concepto de planificación, haciendo hincapié en aquellos elementos y/o etapas que consideramos fundamentales para comenzar a planificar un proyecto sobre control de la inocuidad de los alimentos teniendo en cuenta el contexto local.
Aproximaciones al concepto
En general, cuando se habla de planificación se tiende a relacionarla con la idea de organizar, ordenar, coordinar determinadas situaciones o aspectos de una problemática. También se la asocia con frecuencia con aquellos planes, programas o proyectos que se plasman en algún documento escrito. Sin embargo, este concepto no debiera agotarse en estas ideas. El especialista en planificación Carlos Matus plantea que “debemos entender la planificación como una dinámica de cálculo que precede y preside la acción, que no cesa nunca, que es un proceso continuo que acompaña la realidad cambiante”(1). Es decir, la planificación debe ser entendida en tanto proceso, en tanto forma de fijar cursos de acción con el propósito de alcanzar determinados objetivos a través del uso eficiente de los recursos.
Ahora bien, muchas veces nos preguntamos ¿Por qué planificar? En todos los ámbitos de vida, tanto en las situaciones cotidianas como en las prácticas sociales e institucionales, nos encontramos permanentemente con múltiples objetivos a alcanzar y escasos medios y recursos. Para resolver esta situación, en general se analizan los diferentes caminos posibles a fin de establecer acciones y obtener así los resultados esperados. Resulta claro entonces que muchas veces planificamos “sin darnos cuenta”, analizamos la realidad y tomamos decisiones para proceder a la acción y cumplir los objetivos previstos. Sin embargo, tener presente en nuestras acciones los beneficios que otorga un proceso de planificación nos permitirá llevar adelante de forma eficiente y ágil cualquier proyecto que nos propongamos.
“La planificación traza las líneas rectoras de un camino a seguir, es por ello que debe preceder y presidir la acción” |
La planificación es entonces un punto de partida fundamental para todas aquellas personas que pretendan iniciar, mantener y consolidar un proyecto basado en la implementación de políticas y acciones que tiendan a reducir los problemas de inocuidad alimentaria en la población.
Planificar es un proceso. Es una actividad continua que no termina con la formulación de un plan determinado como fin en sí mismo, sino que implica un reajuste permanente entre metas, actividades y recursos a través de los cuales se pretende incidir sobre algunos aspectos de la realidad.
No es un proceso estático. Existen diversos actores sociales y factores externos que inciden sobre la realidad sobre la que queremos actuar, esto hace que el dinamismo sea una de las características principales que tenemos que tener en cuenta en el transcurso de cualquier proyecto.
Ninguna planificación se hace de una vez y para siempre. Según los cambios en el contexto y en los escenarios en que se aplica, el plan va incorporando lo nuevo y las incertidumbres, las posibilidades y los conflictos de la coyuntura. Asimismo, se va nutriendo de la realimentación, de la ida y la vuelta, de compartir experiencias, observaciones y sugerencias en todas las etapas del proceso.
El Enfoque de Marco Lógico
Existen diferentes métodos de planificación, útiles para tratar diferentes problemáticas y desarrollados de acuerdo al ámbito donde se implementan. Una metodología muy utilizada por diferentes organismos internacionales y nacionales para la conceptualización, el diseño, la ejecución, el seguimiento del desempeño y la evaluación de proyectos, es el Enfoque de Marco Lógico (EML). Su objetivo es darle estructura al proceso de planificación y comunicar la información esencial sobre un proyecto.
El uso del EML ayuda a:
- Clarificar el propósito y la justificación de un proyecto.
- Identificar las necesidades de información.
- Definir claramente los elementos claves de un proyecto.
- Analizar el entorno del proyecto desde el inicio.
- Facilitar la comunicación entre las partes implicadas.
- Identificar cómo se debe medir el éxito o el fracaso del proyecto
Objetivo general |
Objetivos específicos |
Resultados esperados |
Actividades |
Recursos |
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